martes, 21 de abril de 2009

EL LLANTO DE MI ALMA

Me siento solo
Estando rodeado de personas
Busco respuestas en mi alma
Y no encuentro ninguna
¿Qué sucede?

Llora, llora mi alma en silencio
Suscito dolor encarnecido por la soledad
Sabiendo que puedo amar
¿Y dónde está?

Corro en busca de mí otro ser
Pero este se aleja tanto de mí
Que me fatigo y me quedo quieto
En la mitad del largo camino
¿Por qué?

No tengo con que sujetarme
Ni a quien suplicar ayuda
Para continuar mí camino
Todos buscan sus propios intereses
Y estoy solo.

Solo he estado
Desde que llegué al mundo
Aunque tengo el cariño de mi madre
¿Pero es suficiente?





No, no es suficiente
El hombre necesita ser amado
Y eso busco.
Busco un cariño verdadero, pero no está
Porque el horizonte es muy lejano
Y maltrecho el camino
Y no soy capaz de continuar en él

Por eso estoy triste
Y lloro en silencio
La causa de mi dolor;
Causado por ingratitud y egoísmo
¿Egoísmo?

No, no es egoísmo
Si todo lo he dado
Hasta los más pequeño e insignificante
Que hay en mi ser
¿Estaré siempre así?

Eso no lo sé
Es algo que se escapa
De mi loca mente
Y no poseo la respuesta
Porque el pasado muerto está
El presente vivo es; y el futuro
Sí el futuro aún no ha nacido.


JULIO CESAR TORRES.
EMPERADOR

UN HELADO DE CHOCOLATE

Eran pasadas la 7 de la noche y había decidido adelantar trabajo para poder compartir el fin de semana con su familia. Cuando por fin salió de la empresa eran cerca de las 9:30, sin embargo iba contento y una gran sonrisa dibujaba una tierna expresión de misión cumplida; llegó al paradero y esperó pacientemente el autobús de servicio público que lo llevaría a su casa, pero este se cada vez se negaba en llegar.

Tomó la decisión de caminar 4 cuadras hasta la principal y de esta forma tomar un bus con ruta alternativa. Cuando terminaba la segunda cuadra lo sorprendió un ruido estruendoso y seco que lo dejó paralizado; de pronto sintió un dolor por todo el cuerpo y entre el susto y el dolor observó como su cuerpo era lanzado por los aires hasta chocar contra el asfalto duro y frío que se encontraba en esos momentos; perdió el sentido de inmediato.

Había sido arroyado por un vehículo conducido por dos jóvenes que se encontraban en la euforia del alcohol y ellos también sufrieron secuelas graves: murieron al instante.

Inmediatamente fue llevado al hospital en una ambulancia y sometido a rigurosas operaciones: su columna vertebral se partió en 3 partes, la cadera se vio gravemente afectada, los huesos de la perna derecha estaban fracturados y lo peor de todo, un trauma cerebral debido a una hemorragia producida por el golpe que lo mantenía en estado de coma total.

Su esposa y sus dos hijos estuvieron todo el tiempo desesperados en el hospital esperando alguna noticia buena sobre su estado de salud. Al final el médico dio el diagnostico que no fue nada positivo: había quedado parapléjico o en estado vegetativo si lograba salir del coma en que se encontraba, había entrado en shok respiratorio por lo que tuvieron que someterlo a respiración artificial.

Hoy 7 meses después con todos los esfuerzos médicos logró salir del coma y mover el rostro con intento de decir algo, pero desafortunadamente no se le entendió nada. Al final los médicos llamaron a todos los familiares para plantearles la siguiente situación: era imposible que se recuperara, llevarlo a casa era peor y no era conveniente verlo sufrir en esa situación; con todo era decisión dejarlo morir dignamente para evitar más sufrimientos y esfuerzos innecesarios.

Se hizo un razonamiento general entre todos los familiares y se decidió que era lo mejor. Sin embargo la esposa pidió un último deseo antes que se efectuara el proceso de la muerte digna; acto que se realizaría en las horas de la tarde.

El día siguiente fue caluroso, el sol dominaba el imponente cielo. Todos los familiares se reunieron en la habitación donde se encontraba, excepto la esposa que tardó un poco mientras que compraba algo y hablaba con los médicos sobre su último deseo: había comprado un delicioso helado de chocolate para darle a su amado esposo mientras este se moría lentamente.

Así fue, ella sacaba pequeñas cucharadas de helado y se las colocaba en la boca, mientras los médicos apagaban el respirador artificial. Al final entre lágrimas, sollozos y cucharadas de helado de chocolate se durmió para siempre con una tierna sonrisa dibujada en su rostro.



JULIO CESAR TORRES.
EMPERADOR
28 de marzo de 2.009.
Primera Versión.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Un veloz Besador



Era una mañanda fresca, el sol calentaba poco a poco el enorme jardín, depronto un rayo de luz plateado irrumpió la tranquilidad mesiendoce en el aire con gran velocidad, había llegado cauteloso y poco a poco con un sumbido musical se acercaba a cada una de las doncellas.

las miraba de cerca y de lejos; de arriba hacía abajo percibiendo cual de ellas poseía el aroma más puro y virginal; para sorpresa suya todas estaban frescas y a punto para su gusto.

se les acercó lentamente y con su largo y agudo pico empezó a besarlas y de esta forma lograba robarles la dulce miel que cada una poseía, al terminar su faena se marchó como un vil ladron de media noche, impetuoso y sagaz en busca de mas doncellas frescas y alegres para cautivarlas con su belleza y regalarles un poco de su ternura.